Rosalía Renace con su Nuevo Álbum “Lux” 2025

Paula Gracia

H2: Rosalía 2025

Rosalía
Nuevo Álbum “Lux” de Rosalía

El 7 de noviembre de 2025, Rosalía sorprendió al mundo con el lanzamiento de su cuarto álbum de estudio: LUX, un proyecto que marca un giro profundo respecto a su etapa anterior y que se perfila como una de las obras más ambiciosas de su carrera. El título no es casual: Lux significa “luz” en latín, y eso ya anticipa el tono elevado, casi espiritual, del disco. Según la propia Rosalía, este álbum explora la mística femenina, la transformación y la espiritualidad.

Para dar forma a ese universo sonoro, Rosalía ha contado con la London Symphony Orchestra, dirigida por Daníel Bjarnason, lo que dota al álbum de una grandiosidad orquestal. Además, participa un elenco diverso de artistas: Björk, Carminho, Estrella Morente, Silvia Pérez Cruz, Yves Tumor…  

LUX no es un disco tradicional: está organizado en cuatro “movimientos”, al estilo de una obra clásica, lo que refuerza su carácter conceptual y dramático. Además, Rosalía canta en más de diez idiomas, lo que añade una dimensión cosmopolita y muy personal al proyecto, ya que cada movimiento y muchas canciones están inspiradas en diferentes santas femeninas, como Hildegard de Bingen o Rabia Al-Adawiya. 

Musicalmente, LUX mezcla pop orquestal, art-pop, música clásica y elementos vanguardistas.  Hay momentos que recuerdan a un aria operística (como en “Mio Cristo Piange Diamanti”), mientras que otras pistas combinan lo moderno con lo sacro. En cuanto a las letras, Rosalía navega entre lo terrenal y lo divino, reflexionando sobre Dios, el amor, la fe y su propia relación con lo espiritual. El primer adelanto de LUX es la canción

“Berghain”,lanzada el 27 de octubre de 2025. En esta pista, Rosalía se une a Björk y Yves Tumor, y mezcla letras en alemán, español e inglés.  El videoclip acompaña con imágenes muy surrealistas: una orquesta la sigue en su vida cotidiana, y luego la acompaña en escenas mágicas, casi de cuento.

Con LUX, Rosalía deja un poco atrás el universo más urbano de Motomami para sumergirse en algo más íntimo pero también más expansivo. Según ella misma, ha necesitado aislarse para poder crear algo tan profundo y personal. Este proyecto parece ser también una reivindicación de su lado más intelectual y experimental, resonando con figuras femeninas históricas y religiosas, y apostando por un discurso artístico elevado.

Para entender LUX hay que comprender el proceso casi monástico que Rosalía emprendió para crearlo. Después del éxito global de Motomami y de giras multitudinarias, la artista decidió retirarse del ruido mediático para investigar, estudiar nuevas técnicas vocales y sumergirse en un universo conceptual muy exigente. Durante tres años, la catalana dedicó tiempo a aprender idiomas antiguos, profundizar en figuras femeninas ligadas a la espiritualidad y trabajar con musicólogos y orquestadores para dar forma al sonido monumental que caracteriza al disco.

Esta búsqueda no fue solo intelectual, sino también emocional. Rosalía ha confesado en entrevistas que LUX es el trabajo en el que más se ha “expuesto a sí misma”, no desde lo personal, sino desde lo espiritual, mostrando sus dudas, su fe cambiante, su relación con lo sagrado y con su oficio como creadora.

El resultado es un álbum que no solo se escucha: se contempla, se interpreta y se siente. Las colaboraciones de LUX no están escogidas por fama o tendencia: son diálogos artísticos cargados de intención. La presencia de Björk refuerza el carácter experimental del álbum, mientras que figuras como Estrella Morente y Silvia Pérez Cruz conectan el proyecto con la raíz mediterránea y la tradición vocal española.

Por su parte, artistas como Yves Tumor aportan una energía más disruptiva y contemporánea, creando contrastes que dan profundidad al disco. Cada artista funciona como un símbolo dentro de la narrativa global: representaciones de distintas sensibilidades, épocas y estéticas que convergen bajo el paraguas conceptual de la luz.

LUX desafía las reglas del consumo musical actual. No es un álbum diseñado para TikTok, para playlists automáticas ni para escuchas casuales: Rosalía propone una experiencia que exige atención, un tipo de escucha que podría considerarse casi cinematográfica.

Sus canciones no buscan ser inmediatas; avanzan por capas, jugando con silencios, progresiones clásicas, interludios orquestales y voces que se multiplican como un coro. Es un proyecto que se opone frontalmente a la cultura de la rapidez y que, precisamente por eso, genera tanto debate: para algunos, es una obra maestra revolucionaria; para otros, un salto demasiado lejos.

Rosalía siempre ha entendido la música como un proyecto multidisciplinar, y con LUX ha llevado esa idea al extremo. Las imágenes del álbum —tanto la portada como los visuals publicados— se alejan del imaginario urbano para abrazar lo simbólico: elementos sacros, referencias a la iconografía medieval, luz natural filtrada como en un retablo y vestuarios inspirados en la liturgia y el arte sacro contemporáneo.

El videoclip de “Berghain” es un ejemplo perfecto de esta mezcla entre lo terrenal y lo fantástico: una orquesta que la persigue por espacios cotidianos como si fuese su sombra espiritual, una Rosalía que parece moverse entre dimensiones y un simbolismo rico en metáforas sobre la creación artística.

Con LUX, Rosalía confirma que su ambición no es simplemente hacer canciones, sino construir universos. Cada era suya redefine una parte de la industria: El Mal Querer revolucionó la narrativa visual, Motomami rompió los moldes de la producción pop moderna y ahora LUX abre la puerta a una nueva forma de entender el pop como arte total, donde orquesta, performance, espiritualidad y experimentación conviven en equilibrio.

Este álbum demuestra que Rosalía ya no compite con otras artistas contemporáneas: compite con su propia capacidad de reinventarse.

Puede que LUX no sea su trabajo más accesible, pero sí es probablemente el más trascendente. Es un álbum que invita a la reflexión, que se distancia de lo comercial para explorar nuevos territorios y que reafirma a Rosalía como una de las creadoras más brillantes y arriesgadas de su generación.

En un panorama saturado de fórmulas repetitivas, ella vuelve a ofrecer algo distinto: una obra que ilumina, cuestiona y conmueve. Y, sobre todo, un recordatorio de que la música pop también puede ser un vehículo de ambición artística, de profundidad y de belleza.

Deja una respuesta